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Elige tu propia aventura: Herräng Dance Camp

“Las posibilidades son múltiples; algunas elecciones son sencillas, otras sensatas, unas temerarias… y algunas arriesgadas. Sos vos quien debe tomar las decisiones. Podés ir a Herräng Dance Camp muchas veces y obtener resultados diferentes. Recordá que vos decidís la aventura, que vos sos la aventura. No hay opciones acertadas o erróneas, sino muchas elecciones posibles.”

Mi libro de “Elige tu propia aventura: Herräng Dance Camp” (además de con esta advertencia inicial) empezaría con un avión retrasado en París.

14 de julio. Tomarme un avión el día de la bastilla implicó para mí una sola cosa: correr al shuttle. De las recomendaciones que tenía como obligatorias para mi estadía en Herräng una era cambiar plata en el aeropuerto, de otra forma iba a ser más difícil conseguir coronas suecas estando allá. Mi oportunidad para hacerlo con el vuelo retrasado se reducía. Así que, la siesta que me dormí en la hora de espera en el avión parado en París y el documental de Nina Simone durante el vuelo a Estocolmo funcionaron para aminorar mi nivel de nervios.

Me bajé del avión y acelerada -y mientras con el rabillo del ojo chequeaba si mi valija salía por la cinta- cambié plata. En la fila para conseguir las divisas suecas (dato que a nadie le importa: ¿sabían que todos los billetes tienen distintos tamaños?) una chica miró fijo mi collar y ante la desesperación preguntó: are you going to Herräng?. Digamos que ponerme el colgante que dice “Swing Out” de Objetos Lindy no fue al azar. Ante la duda, que sepan, o al menos duden, que me iba al festival de Swing más grande del mundo.*

caminos posibles

Herräng Dance Camp es, tal vez, el festival más conocido de la escena del Swing y desde hace 36 años que se propone nuclear a bailarines, músicos y público en general interesados por la era que va del 1920 a 1950. Las disciplinas que contempla son Lindy Hop, Balboa, Shag, Boogie Woogie, Slow Drag, Charleston, Solo Jazz, Tap, Mambo, Afro y más. Con el propósito de ser fieles a las raíces de estos estilos, las actividades que se ofrecen son muy variadas: clases de baile con profesores de todas partes del mundo, jams de música, charlas históricas, documentales y películas todas las noches, la presencia de los old timers, shows, tres pistas de baile lideradas por distintos DJs, actividades culturales, clases de otras disciplinas, etc.

Cruzamos dos palabras para ponernos al tanto de nuestra situación de apuro y bastó para que a los tres minutos le esté confiando mi valija a una desconocida para ir al baño. Le devolví el favor corriendo al punto de encuentro de la terminal para avisar que ella estaba en camino. Llegamos: un chico con sombrero de hongo nos esperaba y ya podíamos respirar.

Es que pasa eso, si compartís el baile con alguien, en algún punto deja de ser un desconocido. Esa fue la primera conclusión que saqué con mis amigos estando allá: reconfirmamos la hermosa sensación de tener al Swing como lenguaje universal. Aunque no hables el mismo idioma que una persona, bailando te vas a entender.

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La entrada al Folkets Hus. Foto: Audrey Onolfo.

Me bajé del shuttle (el micro que te lleva del aeropuerto de Estocolmo al festival) tratando de captar todas las recomendaciones y comentarios posibles, pero apenas agarraban sus valijas todas las personas disparaban para distintos lados. Ya había algo que empezaba a ser claro: cada uno iba a hacer la suya.

Me registré, me encontré con mis amigos, conocí mi hospedaje, cené tranquilita en horario argentino y me perdí la primera reunión (que catalogan como “la más importante”): ¡Bienvenida a Herräng!

A medida que fue pasando mi primera semana apareció otra idea: ¿Por qué, a pesar de la cantidad de opciones que teníamos y de todo lo que estábamos bailando, nos parecía más relajado que un festival convencional? Esto me lo respondí recién en mi segunda semana ahí. Los eventos a los que estamos acostumbrados duran generalmente dos o tres días y la programación está súper organizada para aprovechar todas las actividades, clases, fiestas y, si hay, competencias, de la mejor forma en el menor tiempo posible. En cambio, en Herräng todas las opciones están ahí, posibles, para que vos decidas qué hacer. Es un “elige tu propia aventura” hecho festival de Swing. Ahí me di cuenta que la “fiesta 24/7” de la que algunos me habían hablado era relativa… si yo quería trasnochaba las dos semanas y si no, después de un par de bailes me iba a aplicar #NetflixAndChill.

Hablando de recomendaciones, me llevé miles. Pero por más de que había tratado de visualizar todo el panorama (pues, obse) me di cuenta en seguida que la única forma de entender cómo funciona Herräng es transitarlo: hay tantas formas de hacerlo como personas que lo visitan.

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La clásica foto del Pub. Por Leandro Salazar.

El FOMO (Fear of Missing Out – Miedo a perderse algo) está. Ante tantas opciones, los primeros días me preguntaba: ¿qué me estaré perdiendo? Y si bien todos los días había un papel con las actividades programadas, algunas de las cosas más maravillosas pasan sin ser anunciadas. Un lugar ejemplo de eso es el Ice Cream Parlor (ICP).

Ubicado en el medio de las carpas donde se toman la mayoría de las clases, este bar de helados y café es el punto de reunión para que muchos se encuentren y/o se conozcan. Ahí fue donde más personas de distintas partes del mundo conocí y donde entablé incontables e interesantes charlas sobre el Swing y sobre la vida (¿acaso no son lo mismo?). Un día había arreglado para encontrarme en el ICP con algunas personas y de ahí salir para la playa (gracias al clima de locos que hizo en Suecia este año, mis vacaciones tuvieron hasta sumergidas y planchas en el mar). Con la bikini puesta y el protector y la lona en la mochila, me senté a la hora pactada a esperar. En eso aparece un conocido, de los que sabía que sólo iba a volver a ver en Herräng, y con el abrazo longevo y la tentación por un flat white, el plan de la playa quedó resignado.

No es sorpresa a esta altura del relato si digo que los planes muy cerrados no funcionan.

Otra de mis experiencias cambiando los planes sobre la marcha implica una noche pasando música en la cocina Hell’s Kitchen y meneando hasta abajo con el baile de la botella. Era martes y todo indicaba que iba a hacer lo mismo que todos los otros martes y jueves: ir al pub que se arma en una de las cocinas (la Heaven’s Kitchen). Ahí se junta a tocar la banda «estable» del campamento y vos te podés comprar algo para tomar y sentarte a disfrutar de toda esa cantidad de talento. Ahí me dirigí. En el medio me manda un mensaje una amiga: venite a la cocina de al lado. No me pregunten cómo terminé pasando funk. En el medio me llega otro mensaje: esta noche hay speakeasy  (no esperen que hable mucho de esto: es un s p e a k e a s y). Y, de nuevo, no me pregunten cómo, el team Argentina-Brasil estaba a cargo de la música: terminamos enseñándoles a los europeos de qué va el baile de la botella. Bah, «terminamos» es un decir, ese día seguí bailando Swing hasta las 9 am.

La “mágica” sensación de Herräng, que esperaba que me golpee apenas me acercara al Folkets Hus, es la de armar tu propia aventura en un pueblo en el que el baile, la música, la vida social y el banana bread están disponibles para vos las 24 hs.

ICP
Del día que resigné la playa por la dieta del ICP: Flat white y banana bread. Foto: Arnas Razgünas

A la chica del aeropuerto me la volví a cruzar durante el festival pero nada. Recién nos saludamos -por última vez- y como queriendo cerrar la experiencia, cuando ella, con sus valijas, se estaba por tomar el shuttle de vuelta.

Abrazos y estén alertas a las próximas notas sobre Herräng,

O.

*En este texto utilizo el género masculino para indicar plural apelando, en primer lugar, a la economía del lenguaje y, en segundo lugar, para facilitar el uso de la opción de traducción automática. Sin embargo, entiendo que al hacerlo se invisibiliza la presencia de los géneros femenino y binario, los cuales también está contemplados en el relato realizado.

Gracias a quienes colaboraron con sus fotos y a Luciano por ser el escritor consultado.

6 comentarios sobre “Elige tu propia aventura: Herräng Dance Camp

    1. ¡Muchas gracias Marina! Me cuesta mucho escribir y leer todo en masculino pero por ahora es la solución que encontré a los temas que ahí mencioné. Espero que la aclaración sea -valga la redundancia- clara 🙂
      ¡Abrazos!

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